Mi extirpador de idolatrías


Por: La Miski, Valeria Arias Jaldín 


Hace meses hablé con el Daniel y le pregunté: ¿Qué opinas de Seúl, São Paulo? 

Él respondió: No voy a darte un análisis literario, ni demás pajas. Lo único que tienes que saber de esa novela es que por fin los personajes apellidan como nosotros. 

Mi generación creció con la tele, crecimos viendo a Carlos Mesa presentando las noticias, Mesa haciendo análisis político, Mesa haciendo Bolivia Siglo XX, Mesa comentando fútbol.  

Hace 17 años yo quería ser Mesa, era quizás la aspiración e inspiración de muchos, él fue mi primer ídolo. Admiraba su conocimiento y sobretodo su elocuencia, incluso su buen vestir, siempre con corbata. Eso responde a un proceso histórico llamado colonialismo además de a la idiotización de la caja boba que abandoné ya. 

Al tiempo todos los adultos a mí alrededor preguntaban insistentemente: ¿Qué vas a estudiar? Y yo orgullosa respondía historia, quiero ser historiadora. En mi mente decía como Mesa. Todos me miraban con cara de desilusión, y pocos podían ocultarlo. Incluso mi profesor de colegio, mi ídolo cercano, me dijo: No hija, no estudies historia terminarás como yo, en un colegio fiscal, con un sueldo de mierda y una familia que mantener. Recordé cuantos días, semanas no pasamos clases pues los profesores estaban demandando en las calles con cacerolas y wisllas, incluso en huelga de hambre seca por un mísero incremento salarial (el mínimo salarial en Bolivia era Bs. 440).

Quizás esa era la razón fundamental por la que mis padres rogaban que me llegara la luz del entendimiento. Bolivia era uno de los países más pobres del mundo. 

Quizás le quité horas de sueño al profe Rendón, quien un día se me acercó y me dijo: ¿creo que estás en el CBA? Le dije que sí. Entonces estudia Turismo resolvió. Miles de signos de interrogación nacieron en mi mente. Me quede en silencio y él argumento: El turismo está muy vinculado con la historia, estudiarás cinco años, ya hablarás inglés y de aquí a diez años nuestro país se quedará sin recursos minerales o hidrocarburíferos. Tenemos gran potencial turístico, podrás vivir de eso, quizás nos demos cuenta y lleguemos a ser como Cuba o España.

Sonaba muy coherente, muy articulado, las mismas características que admiraba del historiador de la tele. Me vendió y yo feliz compré.  De seguro mis papas hubieran preferido que decida por historia, nadie hablaba de turismo en ese entonces. 

Apostamos con papá que si lograba entrar a la UMSA podría estudiar turismo, si no él definiría mi destino. Hubiera terminado siendo una ingeniera civil, como él, ese era su sueño, pero gane la apuesta y aprobé el examen de dispensación. 

Hace 16 años, yo ignorante por completo de política veía dar el discurso desesperanzador más memorable e imborrable de mi vida. Mi ídolo de la tele, se defenestraba a sí mismo. 

Ya en la carrera otro de mis ídolos de la tele se convirtió en mi maestro, el Doctor Cajías, él rompió a mis anteriores ídolos, la historia no tenía que ser seria y ni solemne. Dicen que sólo cuando dominas un idioma, lo has conquistado verdaderamente puedes hacer incluso chistes. Él dominaba el idioma de la historia por años y con su carácter jovial, su chispa e ingenio lograba hacer reír a todos en el Piso 11 del monoblock. En un viaje a Samaipata, le confesé mi sueño frustrado de seguir sus pasos, me dijo: Valeria, sería la primera en combinar ambas carreras. Tiene mi apoyo. Un año después entré a la carrera de Historia. Ese año presentamos un libro en co autoría. Él me enseñó a amar la investigación documental. 

No todo era color rosa, odiaba pasar Paleografía, despertar temprano para escuchar a la Dra. Money hablar de todo menos de paleografía, quizás por eso termine abandonando reiteradamente la materia. Un día sin embargo habló acerca de El Mallku, su colega dijo, paré las orejas. ¿El Mallku era historiador? En la tele lo mostraban siempre como un extremista, terrorista, ignorante que además había estado en la cárcel. Admití mi ignorancia, empecé a indagar más sobre él. 

El Mallku, me mostró una faceta del historiador que jamás había visto. Con frases ingeniosas, articuladas, provocaba e interpelaba. “Yo no voy a venir a arrodillarme ante mis opresores”, “Porque yo no quiero que mi hija sea su empleada de usted” “Vamos a hablar de presidente a presidente” 

Siempre me pregunto: ¿Por qué no enseñan sobre él en los colegios?, ¿por qué no se habla bien de él en los medios? 

Mucha gente me preguntó últimamente porque lo admiro. Y siempre sonrío y respondo que la sociedad necesita los extremos, necesitamos una María Galindo tanto como necesitamos un Mallku, ser tibio es sencillo, es cómodo. Tomar partido, decidir de qué lado de la historia quieres estar requiere valentía y consecuencia. La sociedad necesita un joker. El tarot inicia con la carta de El Loco, el joker, es el arquetipo de esa persona que toma iniciativa, que tiene todo el impulso, a veces animal, que se lanza sin miedo. El Mallku sin duda era un loco. Un loco que me extirpo todas mis idolatrías colonialistas, me cambio las estructuras mentales, me hizo cuestionarme mis privilegios, me mostró el otro lado de la historia, y no solo en letras, sino en acciones, por eso lo admiro. 

Por la pandemia empezamos a vender libros en el atrio de la UMSA, el Daniel me dice va ir el Mallku a vender también, trate de ocultar a mi fanática interna. No podía creerlo. Durante varias oportunidades estuve a metros de él, respirando del mismo aire, quizás rozándole el ala. Lo admire aún más por su sencillez. 

Hoy me pesa en el estante un libro de Mesa que nos regalaron a los mejores alumnos de los colegios fiscales en el hall de la vicepresidencia cuando Goni era presidente, no hubo dedicatoria sólo una escueta firma. Me pesa no haber comprado un libro del Mallku a quién vi hablando por horas con la gente y regalando dedicatorias o fotos a quien se lo solicitaba como todo una estrella del rock. Lo vi sonriendo y también agobiado por la avalancha de gente, a sus 78 años, firme como un roble, sin una cana en la cabeza. Su energía sin duda era fuerte e intimidante. No me atreví a pedirle una foto, me infundían respeto esos surcos marcados en su rostro. Tímidamente le pedimos una foto grupal que gestionó el Franco, accedió, ahora es un tesoro. 

Hoy gracias en parte a la insolencia del Mallku, después de 17 años tenemos un vicepresidente que apellida Choquehuanca, yo deseaba profundamente ver a Quispe y no a cualquier Quispe de Gobernador de La Paz. Ver un apellido así, no sólo en ficción literaria. 

Al historiador, pero sobre todo al escritor de la historia de los vencidos. Al Mallku a quien este país, enfermo de racismo y con falta de memoria histórica, le debe tanto pero no lo ve, a pesar de eso ese Mallku aún vive y vivirá porque es ¡larama! 


Publicar un comentario

3 Comentarios

  1. Hermoso homenaje al indio rebelde que incomodó a la sociedad boliviana, es verdad que nuestros héroes o los personajes que admiramos son producto de las ideas que se nos implantan desde que somos niños, por medio de los instrumentos de comunicación masiva, corresponde a cada uno ir construyendo la crítica respectiva a lo que recibe.
    Lo presentaron como el indeseable, el peligroso, el salvaje que no sabía lo que estaba haciendo. Ahora no todos reconocen su importancia incluso consideran que sus ideas son peligrosas que están llenas de "racismo" y odio contra algunos. Pero debemos ponerles en claro que sus ideas se han convertido en semilla y que muchas y muchos le consideramos un ejemplo a seguir y si! déjenme decirles que si, su pensamiento es un peligro para este sistema colonial, racista y misógino que se encarga de aplastar a algunos y ensalzar a los que tienen algún tipo de poder y obvio que es un peligro para aquellos que cómodamente disfrutan de los beneficios de este sistema. Jallalla Felipe Quispe "El Mallku"!!!!

    ResponderEliminar
  2. Me encuentro muy identificado con lo escrito. Gracias a la propuesta y crítica teórica y acción social-politica del Mallku se abrieron nuevos horizontes para analizar y reflexionar en mi persona. Es triste que no se valoré del todo la magnitud y el peso que tuvo el Mallku en la historia de Bolivia. Un gran Jallala por el hermano Mallku, tu memoria está más viva que nunca.

    ResponderEliminar
  3. Gracias, me diste otra perspectiva sobre el polémico personaje...

    ResponderEliminar