Uno de los precursores del indianismo: Raymundo Tambo


Por Carlos Macusaya

El identificarse como indianista o katarista, o el aludir a los movimientos que personificaron estas ideas, es algo que parece ser una moda en algunos sectores. Pero esta identificación y alusión se las hace, por lo general, sin un mínimo de esfuerzo por conocer lo que fueron los movimientos indianistas y kataristas; además, no faltan los ingenuos que reducen todo a Fausto Reinaga. Así, en esta moda, los procesos de lucha, organizaciones, formación de símbolos y discursos, el papel de distintas personalidades, las contradicciones internas y con los “otros”, etc., simplemente no importan. Esta situación solo contribuye al florecimiento de los prejuicios respecto al indianismo y al katarismo, o en general, respecto a cómo se politizó la identidad aymara en Bolivia.
Existen varias aristas que podrían ser tomadas con seriedad para esclarecer eso que la moda “indianista katarista” hoy oscurece. Por ejemplo, se ha vuelto en un vulgar prejuicio compartido el creer que los aymaras recuerdan a Tupaj Katari por una supuesta “memoria larga”, dejando de lado que los “desenterradores” de Katari fueron los indianistas, seguidos por los kataristas. En este proceso, en el que Julián Apaza fue vivificado, hay una figura poco conocida pero de mucha importancia: Raymundo Tambo, quien fue uno de los fundadores del primer partido indianista, el Partido Agrario Nacional (1960); también fue fundador del Movimiento Universitario Julián Apaza (MUJA), a finales de los 60; dirigió el Sexto Congreso de la Confederación Nacional de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CNTCB), el 2 de agosto de 1971; y murió en circunstancias no esclarecidas a mediados de los 70.
Javier Hurtado en su libro El katarismo (1986) nos da algunas pistas sobre Raymundo Tambo, calificándolo además como “precursor del actual movimiento katarista”[1]. Pero el nombre de Tambo logró ser conocido más por los lectores de Reinaga, pues éste último lo incluye en el Manifiesto del Partido Indio de Bolivia (1971), en la nota uno, cuando transcribe algunos fragmentos de documentos del Partido Indio de Aymaras y Keswas (PIAK) y del Partido Indio de Bolivia (PIB); Tambo figura como Secretario General del PIB en 1966, año en que el PIAK toma el nombre de PIB[2].
Por otra parte, quienes militaron en los movimientos indianistas y kataristas entre los años 60 y 70, y que llegaron a conocer a Raymundo Tambo, lo recuerdan como un líder nato. Ello, en alguna medida, se refleja en una nota que tiene un sentido de homenaje y que se publicó en 1978, en el periódico Collasuyo. Entre quienes conocieron a Tambo está el militante katarista Teodomiro Rengel[3], quien en una entrevista nos da algunos elementos que pueden ayudarnos a esbozar mínimamente el papel de Tambo. Pero además, sumado a lo anterior, e incluyendo el trabajo de Hurtado, la publicación (el pasado año, 2014) de la autobiografía de Fausto Reinaga y de su correspondencia con Guillermo Carnero Hoke brindan aspectos esclarecedores, aunque también limitados, sobre Raymundo Tambo.
Pero en general, es poco el material del que se dispone con respecto a este personaje y ello hace arriesgado lanzar afirmaciones sobre su rol, pero aun así bien vale la pena correr ese riesgo (aunque sea de forma escueta por cuestiones de espacio), teniendo presente que el papel de Raymundo Tambo se desarrolló fundamentalmente en el primer periodo del indianismo, el periodo inicial-formativo (1960-1971), el que se inicia con la formación del PAN y que se cierra con el golpe de Banzer (los otros periodos: 1973-1980 y 1982-1997[4].
En la nota mencionada del periódico Collasuyu, se afirma que Tambo nació el 15 de marzo de 1941 en Ayo Ayo (provincia Aroma), “aprendió a leer en la escuela de Ayo Ayo. Egresa luego como bachiller en el popular colegio Gualberto Villarroel de La Paz. Como no muchos comunarios, logra cruzar los umbrales de la Normal Simón Bolívar y la Universidad Mayor de San Andrés. Como abogado es un hombre que ha adquirido la suficiente conciencia de explotación y humillación a la que está sumido el pueblo”[5].
Al parecer, en el colegio Gualberto Villarroel, Raymundo Tambo conoce a José Ticona (profesor de inglés) y con quien, posiblemente a finales de los 50 o en 1960, conoció a Fausto Reinaga, tiempo después de que este último volviera de su inesperado y decepcionante paso por la URSS. En inmediaciones de lo que hoy es el Cuartel Colorados, en Villa Pavón, “junto a las indiecitas que pastaban sus ovejas; ahí lo encuentran [a Fausto Reinaga] dos aymaras que llevaban en la mano ‘Tierra y Libertad’; profundiza con ellos en el ‘problema del indio’; uno de esos aymaras era Raymundo Tambo”[6].
En 1960, Raymundo (posiblemente a sus 19 años), junto a José Ticona, Constantino Lima y Juan Rosendo Condori Uruchi, entre otros (Gabino Apaza, Felipe Flores, Macario Angles, Alejandro Quispe B., Gerardo Morales, Juan Alarcón, Andrés Vasquez, Félix Ruís, Juan Añaguaya y Andrés Guarachi), forman en La Paz el Partido Agrario Nacional (PAN), la primera organización indianista. Es resaltable que se trata de una organización formada en su mayoría por jóvenes aymaras que en su niñez habían vivido lo que fue Bolivia en el altiplano antes de la “revolución nacional” (1952) y que vivían el cómo las jerarquías racializadas se reactualizaban bajo el discurso del mestizaje; pero además de ello, eran jóvenes que estaban esclareciendo sus posibilidades políticas en un nuevo escenario (migración, escolarización deficiente, extensión limitada de la ciudadanía, vida urbana, escases de trabajo, etc., todo ello “condimentado” con el racismo), proyectándose como actores.
El PAN sufrió, a pesar del entusiasmo, de la inexperiencia de sus jóvenes fundadores y por ello, al parecer, quedo como un intento frustrado. Pero entre quienes fundaron dicha organización se encontraban personas que a la larga fueron personajes destacados en la politización de la identidad aymara: Lima y Tambo, por ejemplo.
En el caso de Tambo, que es el que nos ocupa, este personaje reaparece en 1965, firmando un documento del Partido Indio de Aymaras Keswas (PIAK), junto a Juan Rosendo Condori, otro de los fundadores del PAN. Ambos personajes vuelven a aparecer en otro documento de 1966, esta vez cuando el PIAK toma el nombre de Partido Indo de Bolivia (PIB), Tambo como Secretario General del partido y Condori como Secretario de Relaciones[7]. Además de esta clara actividad político-partidaria, que conlleva la discusión y reuniones, Raymundo Tambo también incursiono en la lucha sindical. Según Hurtado, “A fines del periodo movimientista, 1963-64, Tambo ya era dirigente sindical… Durante el régimen de Barrientos, Tambo ya había incursionado en el sindicalismo oficial a nivel nacional. En 1966-67, fue uno de los impulsores de las primeras corrientes del sindicalismo independiente junto a Dionisio Huaynapaco, José Ticona y Paulino Quispe”.[8]
Tambo a finales de los años 60, junto a Rosendo Condori y Constantino Lima forman el Movimiento Universitario Julián Apaza (MUJA) en la UMSA y cuya primera directiva se formó a inicios de los 70, dando lugar a la lucha político-intelectual aymara dentro de la universidad. Constantino Lima afirma: “En la casa de Raymundo Tambo se formó la primera directiva del MUJA (Ayo-Ayo, 1970), a cuya cabeza por coincidencia del apellido llevamos al nuevo integrante Quintín Apaza".[9]
Cuando el indianismo, en su periodo inicial-formativo, ya estaba sobrepasando una década de trayectoria, se realiza el Sexto Congreso de la Confederación Nacional de Trabajadores campesinos de Bolivia (CNTCB), evento realizado en Potosí, el 2 de agosto de 1971 y precedido de un largo proceso de lucha. “El congreso estaba presidido por Raymundo Tambo”[10]  y demás, en aquel congreso participaron otros militantes indianistas, como Constantino Lima y el propio Fausto Reinaga, incluso Felipe Quispe Huanca, quien entonces aun no se había vinculado al indianismo. Fue un evento en el que Jenaro Flores, quien años después será la figura más destacada del katarismo, fue elegido como nuevo ejecutivo de la CNTCB.
Toda esa actividad estaba signada por el carácter indianista que le imprimía Tambo, lo que se expresa hasta el presente –a pesar de que muchos “sabios” lo ignoren– en el posicionamiento del nombre de Tupaj Katari como símbolo de lucha. Lo resaltable es que el posicionamiento del nombre de Katari, Raymundo Tambo lo hacía de manera indisociable de su lucha indianista partidaria, universitaria y sindical. Fue un hombre políticamente muy activo, llegando a influenciar en Jenaro Flores, e incluso confrontándose con Fausto Reinaga[11].
Respecto a la figura de Katari vale la pena mencionar que en marzo de 1970 se realiza un congreso campesino en Patacamaya, del cual tenemos un testimonio, el de Teodomiro Rengel: “asistimos a un congreso a Patacamaya, en la provincia Aroma, congreso de la federación provincial… elegimos el presídium del congreso y él [Raymundo Tambo] es el presidente y primero dice: ‘Vamos a dar un minuto de silencio por nuestro máximo líder, dice, de los aymaras de los campesinos. Yo digo este es barrientista entonces. Y repite: ‘vamos a por nuestro líder aymara máximos Julián Apaza, Tupaj Katari…’ Ahhhh, recién he despertaw… así, esa era el primer grito en la provincia Aroma en esa época de Tupaj Katari”.[12]
Cuando Raymundo Tambo dice “Vamos a dar un minuto de silencio por nuestro máximo líder”, Teodomiro Rangel creyó que se estaba refiriendo al “máximo líder del campesinado”, como el fallecido General Barrientos solía hacerse proclamar; pero el asunto se aclaró cundo Tambo continua y dice: “por nuestro líder aymara máximos Julián Apaza, Tupaj Katari”. El hecho de que quien fuera presentado como “máximo líder” fuera Tupaj Katari es algo que impacta en Rengel, pues en sus propias palabras: “Ahhhh, recién he despertaw”. Es resaltable que alguien como Teodomiro Rengel, quien desde muy jovencito se vinculo con el MNR, que conoció a varios dirigentes muy importantes como Juan Lechin y que estuvo muy imbuido en los movimientos campesinos organizados después de la “revolución nacional”, consideré que en esa ocasión se dio “el primer grito en la provincia Aroma en esa época de Tupaj Katari”. Es decir que Raymundo Tambo, desde su posicionamiento indianista, rompe la “tradición” de referirse a Barrientos como “máximo líder” e introduce a Tupaj Katari en el lenguaje político del sindicalismo campesino.
Es desde entonces que Rengel entabla relaciones con Tambo en función de enfrentar el Pacto Militar-campesino. Pero además, según Rengel, en ese congreso en Patacamaya, Tambo disputo la dirección con Jenaro Flores, quien “tenía el apoyo… de los pactos militares campesinos… Jenaro Flores, así es la realidad… Y gano Jenaro Flores, con muy pocos votos, porque tenía pues nove [hace ademan de contar dinero, insinuando que el grupo de Flores estaba financiado]. Esa reunión estaba dirigido por la Federación, por Dionisio Osco, del Pacto Militar-Campesino”[13].
Rengel asegura: “yo he trabajado para Jenaro Flores y Raymundo juntemos… me ha costado mucho hacer juntar”.[14] Mientras Flores estaba vinculado al Pacto Militar-campesino, Tambo luchaba contra dicho pacto. Esto hizo que la relación entre ambos dirigentes fuera complicada, por lo que Rengel recuerda que: “me ha costado mucho hacer juntar”. Pero al final, la postura de lucha con el Pacto Militar-campesino logra imponerse y Jenaro Flores ira asumiendo dicha postura, enarbolando a Tupaj Katari, siguiendo a Raymundo Tambo.
Cabe hacer notar que con el testimonio de Rengel podemos hacer un ejercicio de contraste con ideas tales como que: “La fecha de la inmolación y la sentencia del caudillo al momento de morir quedó grabada en la memoria colectiva del pueblo aymara”[15], según Javier Hurtado, en este caso. Contrariamente, Teodomiro Rengel afirma que fue cuando Raymundo Tambo pidió un minuto de silencio en honor a “máximo líder aymara” que por vez primera se da un grito con el nombre de Katari en la provincia Aroma, donde Hurtado cree que “A diferencia de otras zonas aymaras lo campesinos indios de Aroma no han borrado de su memoria estas tradiciones que perviven como leyendas que los ancianos transmiten a los jóvenes”.[16] Hurtado ha caído en la trampa de la “memoria larga” y como la jayloncita Silvia Rivera no considera el trabajo indianista en el “alargamiento de la memoria” entre los aymaras, en este caso el trabajo de Tambo.
Pero además, Hurtado dice, refiriéndose a la politización de Katari en el caso de Jenaro Flores: “su contagio por las ideas kataristas se dio al parecer por su relación con uno de los primeros radialistas aymaras: Fidel Huanca Huarachi, quien en su paso por la universidad descubrió la figura de Tupaj Katari en los libros de Alipio Valencia Vega”.[17] Siendo que Fidel Huanca era oriundo de la provincia Aroma, el apunte sobre el descubrimiento de Katari en los libros de Alipio Valencia desmiente otra afirmación suya, en la que  los “ancianos transmiten a los jóvenes” “tradiciones que perviven como leyendas”. Siguiendo el testimonio de Rengel, es Raymundo Tambo quien “revive” a Tupaj Katari en un evento sindical campesino. Según el propio Hurtado, basándose en Jenaro Flores, Raymundo Tambo “Fue el único que reivindico a Tupaj Katari por aquellos años. Jenaro cuenta que muchos lo tomaban por loco y que él mismo no comprendía la importancia de la prédica de Tambo”[18].
Pero además, hay un dato llamativo que nos brinda Rengel y que nos hace pensar que por aquellos años Raymundo Tambo había alcanzado relevancia política. Rengel cuenta que el presidente Ovando "antes de eso [de la nacionalización de la Gulf Oil] lo hace llamar a Raymundo Tambo y vamos con Raymundo Tambo, aquí, a la plaza Isabel la Católica, donde había vivido Ovando; y vamos, yo me quedo: ‘tú no más entra’ le digo”.
Otro aspecto resaltable es el de la relación de Raymundo Tambo y Fausto Reinaga. Previamente cabe mencionar que al poco tiempo de la formación del PIB, en versión de Reinaga, José Ticona “Provocó una pelea personalista con [Raymundo] Tambo. Dueño, Ticona, de las indias de su ayllu, y Tambo del suyo, se lanzaron a una lucha a muerte por el liderazgo departamental”[19]. Es resaltable que Reinaga afirme que tanto José Ticona como Raymundo Tambo eran “dueños de las indidadas de sus ayllus”, ósea que eran personas que tenían liderazgos en sus lugares de origen, algo de suma importancia siendo que se trataba de personas que buscaban hacer política. Pero además, el hecho de que Fausto remarque que entre estos dos personajes había confrontación o “pelea personalista”, evidencia una disputa por el liderazgo en el emergente movimiento indianista.
En el caso de Raymundo Tambo, ya he señalado que fue uno de los que dio vida al MUJA en la UMSA y que en su incursión en el sindicalismo su postura respecto al “Pacto militar-campesino” era totalmente crítica. Respeto a esto último, cabe mencionar que Reinaga apostaba por un “Pacto militar-indio”. De seguro este punto tuvo que causar divergencias entre Fausto Reinaga y Raymundo Tambo. Pero además, la postura de Tambo, uno de los iniciadores del indianismo, será bien acogida por otros sectores, considerando su papel fundamental en la formación del katarismo. En palabras de Teodomiro Rengel: “El katarismo nace en la época en que el doctor Luis Adolfo Siles Salinas, es Presidente. Allí se organiza un congreso campesino en la provincia Aroma, el presidente de ese congreso es el compañero Raymundo Tambo, que en paz descanse…”[20].
Reinaga indica, como lo citamos, que hubo una pelea entre Ticona y Tambo. Pero también hubo pelitos entre Tambo y Reinaga, que no solo tenían que ver con la posición de cada uno frente al Pacto Militar-campesino, sino con el liderazgo dentro del emergente movimiento “indio”: “Me hallo [dice Reinaga] en una lucha de chacales…. me quieren despojar, me quieren arrebatar el sacro nombre de: PARTIDO INDIO DE BOLIVIA. Hay un grupículo de un CERDO apellidado Tambo [Raymundo]. Este canalla hace labor de catequesis, diciendo: ‘que él es el jefe del PARTIDO INDIO DE BOLIVIA; y que el grupículo es el cuerpo y el alma del Partido”[21].
Reinaga presenta a Tambo como “un CERDO” que le disputaba, a la cabeza de un “grupículo”, el liderazgo del PIB. Para Reinaga, mientras tuviera vida, nadie más que él podía ser líder y dirigir a los “indios”: “en tanto tenga yo [Fausto Reinaga] halito vital en mi pecho iré a la cabeza de ellos”[22]; ósea que para Reinaga era impensable que otro “indio” dirija el movimiento en tanto el estuviera vivo. En tal sentido y tratando de darse un estatus “natural” de cacique, Fausto decía ser descendiente de Tomas Katari[23], con el propósito de justificar su aspiración de ir a la cabeza de los jóvenes indianistas hasta la hora de su partida. Por tanto, el “atrevimiento” del “indiecito” Raymundo Tambo de disputarle la jefatura del PIB, ante los ojos y aspiraciones de Reinaga, lo hacía “un CERDO”.
Tambo no solo fue parte del PIB, sino que según Reinaga, disputaba la dirección de tal organización, junto a un “grupículo” de “indios” malcriados y atrevidos que no estaban dispuestos a seguir los rumbos que Fausto Reinaga trazaba o bloqueaba.
El 1971, poco después del congreso que Tambo dirigió en Potosí, y donde Jenaro Flores fue electo como ejecutivo de la CNTCB, se da el golpe de Banzer. El nombre de Tupaj Katari, nombre que posicionó Raymundo Tambo en el sindicalismo campesino, ya había arraigado como símbolo de lucha y muestra de ello es, según nos cuenta Felipe Quispe, que ante el golpe de Banzer “la CNTCB convoca por mediante la radio ‘Illimani’ a la movilización de todos los trabajadores del campo. Al escuchar ese llamado nos constituimos en la ciudad de La Paz, vestidos de poncho rojo y pantalón blanco, conformando el ‘Ejercito Tupaj katari’…”[24] para enfrentar a Banzer y defender a Torres.
A pesar del “Ejercito Tupaj Katari”, el golpe de Banzer se impone y así se cierra el periodo inicial-formativo del indianismo. Raymundo Tambo fue parte importante de ese periodo. Llegando a ser uno de los fundadores del primer partido indianista, el PAN; militando y ejerciendo el cargo de Secretario General del PIB; formando el MUJA en la UMSA e incursionando en el sindicalismo, luchando contra el pacto militar campesino. El siguiente periodo se inicia formalmente con la publicación del Manifiesto de Tiahuanaco (1973), documento que anuncia la formación de lo que será el katarismo[25].
Lo llamativo a este respecto es que este documento es fruto de la incitaba de Teodomiro Rengel, quien le pide a Gregorio Iriarte redactarlo. Pero para dicha petición, Rengel acude a Jenaro Flores y no así a Raymundo Tambo. Uno se pregunta ¿porque dejar de lado a Tambo en esta iniciativa? ¿Tal vez porque Raymundo era “muy indianista” y Jenaro era menos “radical”? Hurtado coloca a Tambo como “precursor del actual movimiento katarista”, pero lo cierto es que el fue indianista y nada nos permite afirmar que él hubiera estado de acuerdo con lo que después se conoció como katarismo y que se formo en confrontación con el indianismo.
A mediados de los 70 Tambo fallece. Hurtado pone como año de su muerte 1975. En el periódico Collasuyo se dice que murió a los 36 años; teniendo en cuenta que en el mismo periódico se da como año de nacimiento de Tambo 1941, lo que supondría que murió en 1977. Pero no solo la fecha de su muerte es algo que no queda claro. El motivo de su muerte es otro aspecto que entre quienes conocieron a Tambo es motivo de especulación. Hurtado apunta que luego de asistir a una reunión en Vizcachani, Tambo fue atropellado, en marzo de 1976 (un año después de que el mismo autor dice que murió Raymundo).
Entre quienes conocieron a Tambo se rumorea que no fue un accidente, si no que se trató de una forma de resolver el problema de liderazgo por parte de Jenaro Flores. Es decir que Tambo fue empujado a las ruedas de un micro que pasaba por el lugar. No quiero insinuar que esta versión nos dice lo que realmente paso, pero cabe cuestionarse algo: ¿Por qué quienes conocieron a Tambo y a Jenaro Flores se explican la muerte del primero por acción indirecta (lo hizo empujar) del segundo? La disputa de liderazgo debió ser muy grande entre estos dos personajes, pues solo así se explica que quienes los conocieron y vivieron esa disputa atribuyan la muerte de Tambo a iniciativa de Flores. Es remarcable que en mayo de 1978 se publique una nota en el periódico Collasuyo y se diga: “El altiplano boliviano, dio en Raymundo Tambo a uno de sus mejores hijos”.[26]
Así como Tambo, y toda su lucha indianista, han habido varios personajes que hoy son escondidos con la “memoria larga”[27], “sabiduría ancestral” y otros prejuicios propios de la casta blancoide, prejuicios que hoy son objeto de culto por algunos “indígenas”. La figura de Tupaj Katari como símbolo guerrero rompe los gritos de “Wiwa Wictur Paz” (Viva Víctor Paz) que se impone en los 50; la figura de Katari surge de las luchas indianistas (desde los 60) en lo partidario, universitario y sindical, en un ambiente saturado de racismo; surge en tiempos en los que afirmar una identidad “india” era hacerse merecedor de escupitajos y patadas por parte de la izquierda blancoide; surge gracias al esfuerzo y valentía de personas como Raymundo Tambo.
Materiales citados:
Carlos Macusaya, Desde el sujeto racializado, Consideraciones sobre el pensamiento indianista de Fausto Reinaga, Ed. MINKA, La Paz-Bolivia, 2014.
Diego Pacheco en El indianismo y los indios contemporáneos en Bolivia, Hisbol/MUSEF, La Paz, 1992.
Entrevista a Teodomiro Rengel, martes 9 de septiembre de 2014.
Fabiola Escárzaga (compilación e introducción), Correspondencia Reinaga-Carnero-Bonfil, Primera edición, Centro de Estudios Andinos y Mesoamericanos (México), Fundación Amáutica Fausto Reinaga (Bolivia), La Paz, 2014.
Fausto Reinaga, La Revolución India, Ediciones Fundación Amáutica “Fausto Reinaga”, imp. “Movil Graf”, Bolivia-El Alto, 2001.
Fausto Reinaga, Manifiesto del Partido Indio de Bolivia, Ediciones PIB, La Paz-Bolivia, 1970.
Fausto Reinaga, Mi Vida (autobiografía), Fundación Amáutica Faus­to Reinaga, impresiones WA-GUI, La Paz-Bolivia, 2014
Felipe Quispe Huanca, El indio en escena, Ed. Pachakuti, Chukiyawu-Qullasuyu, 1999.
Hilda Reinaga, Fausto Reinaga. Su vida y sus obras, Ediciones Mallki, El Alto, 2004.
Javier Hurtado, El Katarismo, Ed. Hisbol, La Paz-Bolivia, 1986.
Memoria simposio indianismo-katarismo, izquierda y desafíos po­líticos en Bolivia (La Paz, 20 de julio de 2013), organizado por Funda­ción Friedrich Ebert (FES) y Fundación Pukara.
Periódico Collasuyo, nº 1,  La Paz-Bolivia, mayo de 1978.



[1] Javier Hurtado, El Katarismo, Ed. Hisbol, La Paz-Bolivia, 1986, p. 29.
[2] Fausto Reinaga, Manifiesto del Partido Indio de Bolivia, Ediciones PIB, La Paz-Bolivia, 1970, p. 107.
[3] Teodomiro Rengel Huanca nació en 1941, en los Yungas. Creció viviendo entre los Yungas y Umala (provincia Aroma). Mientras estudiaba en la escuela adventista y su comunidad estaba a punto de ser convertida en hacienda se produce la “revolución” del 9 de abril de 1952. Cuando Juan Lechín, dirigente de la COB, rompe con Henan Siles Suazo, Rengel logra vincularse a Lechín y consigue trabajo en el Ministerio de Agricultura. También en ese tiempo se vinculó al sindicalismo campesino y al MNR. A finales de los 60 se relaciona con Raymundo Tambo y Jenaro Flores. En 1973 pide a Gregorio Iriarte redactar un documento que hoy se conoce como Manifiesto de Tiahuanaco. Fue dirigente de MINK’A, a mediados de los 70, apoyando económicamente una concentración en Ayo Ayo, el 15 de noviembre de 1977; también desde ese cargo viabilizó la publicación del libro Tawantinsuyu (1978) de Ramiro “Wankar” Reynaga Burgoa, hijo de Fausto Reinaga.
[4] Desde los bloqueos aymaras del año 2000, encabezados por Felpe Quispe Huanca, el indianismo re-emerge y logra convertirse en un discurso que da sentido a la crisis política y económica que se vivía entonces. Sin embargo a nivel organizacional no logra consolidarse y en la actualidad es un discurso que no tiene base organizativa, además de que quienes se afirman como indianistas, la mayoría de ellos jóvenes, han estado y estan enfrentando el reto de superar sus limitaciones.
[5] Raymundo Tambo: un constructor de la liberación. En periódico Collasuyo, nº 1,  La Paz-Bolivia, mayo de 1978, p. 3. Dicho periódico tiene la siguiente leyenda: “Por la unidad y la liberación del indio”.
[6] Hilda Reinaga, Fausto Reinaga. Su vida y sus obras, Ediciones Mallki, El Alto, 2004, p. 11.
[7] Fausto Reinaga, op. cit. Valga apuntar que solo figura una mujer en el listado de miembros del CEC del PIB: Tania Cruz, en el cargo de Secretaria de Vinculación Femenina; pero además, no se reivindica ni se encuentra la idea de “complementariedad” hombre-mujer (“chacha-warmi”), idea que surge varios años después y que no es “ancestral”, sino fruto de la subordinación de algunos “indígenas” a organismos no gubernamentales, subordinación presentada sarcásticamente como “lucha contra la cultura occidental y de recuperación de valores propios”.
[8] Javier Hurtado, op. cit., p. 35.
[9] Citado por Diego Pacheco en El indianismo y los indios contemporáneos en Bolivia, Hisbol/MUSEF, La Paz, 1992, p. 38-39.
[10] Felipe Quispe Huanca, El indio en escena, Ed. Pachakuti, Chukiyawu-Qullasuyu, 1999, p. 24.
[11] La relación de Reinaga con los indianistas fue de confrontación. Algunos aspectos de este tema los toco en Del indianismo al pensamiento amáutico. La decadencia de Fausto Reinaga: http://movimientoindianistakatarista.blogspot.com/2015/05/del-indianismo-al-pensamiento-amautico.html
[12] Entrevista a Teodomiro Rengel, martes 9 de septiembre de 2014.
[13] Ibid.
[14] Ibid.
[15] Javier Hurtado, op. cit., p. 18.
[16] Ibid., p. 29.
[17] Ibid., p. 34.
[18] Ibid., p. 278.
[19] Fausto Reinaga, Mi Vida (autobiografía), Fundación Amáutica Faus­to Reinaga, impresiones WA-GUI, La Paz-Bolivia, 2014, p. 268.
[20] Memoria simposio indianismo-katarismo, izquierda y desafíos po­líticos en Bolivia (La Paz, 20 de julio de 2013), organizado por Funda­ción Friedrich Ebert (FES) y Fundación Pukara, p. 31. Es resaltable que Rengel destaque la figura del indianista Raymundo Tambo en la formación del katarimso.
[21] Carta a Guillermo Carnero Hoke. En Fabiola Escárzaga (compilación e introducción), Correspondencia Reinaga-Carnero-Bonfil, Primera edición, Centro de Estudios Andinos y Mesoamericanos (México), Fundación Amáutica Fausto Reinaga (Bolivia), La Paz, 2014, p. 127.
[22] Fausto Reinaga, La Revolución India, , Ediciones Fundación Amáutica “Fausto Reinaga”, imp. “Movil Graf”, Bolivia-El Alto, 2001, p. 454.
[23] Véase mi artículo: Génesis del pensamiento amáutico. En Pukara nº 98, octubre del 2014, p. 12-13. http://www.periodicopukara.com/archivos/pukara-98.pdf
[24] Felipe Quispe Huanca, op. cit., p. 25.
[25] Véase mi artículo: Autoría y significado político del Manifiesto de Tiahuanaco. En Pukara nº 95, julio del 2014, p. 6, 7  y 8. http://www.periodicopukara.com/archivos/pukara-95.pdf
[26] Raymundo Tambo: un constructor de la liberación. En periódico Collasuyo.
[27] “la idea vulgarizada de una memoria larga puede ser desmentida si tomamos en cuenta que en los pueblos las personas mayores acuden a los jóvenes para saber, por ejemplo, de Tupaj Katari. Los ‘indígenas’ mas ‘viejos’ recuerdan más al MNR y a Víctor Paz y casi nada saben de Katari. ‘Los abuelos’ buscan saber sobre el pasado a través de los jóvenes. No es de extrañar que los indianistas, y también los kataristas, se hayan dedicado mucho a trabajar temas de historia, pues no había memoria larga”. Carlos Macusaya, Desde el sujeto racializado, Consideraciones sobre el pensamiento indianista de Fausto Reinaga, Ed. MINKA, La Paz-Bolivia, 2014. http://movimientoindianistakatarista.blogspot.com/2014/12/desde-el-sujeto-racializado.html

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