Magali Copa Pabón
Qhara Qhara, una marcha de las naciones indígenas en tiempos del Estado Plurinacional
Magali Vienca Copa Pabón
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El Estado Plurinacional boliviano
tiene su razón de ser en los Pueblos y Naciones Indígenas. El artículo segundo
de nuestra Constitución, promulgada hace más de una década, nos señala que la
libre determinación de los pueblos indígenas es un derecho pre-constituido.
Mucho antes de que lo establezcan las leyes, los pueblos y naciones, dada su
condición pre-colonial y el dominio ancestral sobre sus territorios,
ejercitaron su derecho a la autonomía exigiendo el respeto de sus territorios
desde tiempos coloniales. La condición plurinacional de nuestro Estado, más
allá del discurso político y la instrumentalización simbólica, se fundamenta en
la existencia, persistencia y respeto a los derechos indígenas.
Esta condición de
plurinacionalidad es la que está en juego con la marcha de las naciones indígenas
inaugurada por la Nación Qhara Qhara el seis de febrero de 2019 en la ciudad de
Sucre, a la que se unieron una diversidad de luchas de otros pueblos y naciones
indígenas, convergiendo en una agenda común contra las medidas legales,
políticas y acciones contrarias a los derechos indígenas por parte del
gobierno.
Tras un mes de caminata, a pesar
de las condiciones climáticas y el
insuficiente apoyo de la población, medios de comunicación e instituciones de
derechos humanos como el Defensor del Pueblo, vemos una marcha fortalecida por
la presencia de cientos de originarios de las naciones Soras, Lupacas, Jacha
Suyu Pakajaqi, Qerwa-Zongo, el Pueblo Uchupiamoma, la Sub Central de
Comunidades de Tariquia, el Territorio Indígena Multiétnico (TIM) y la CPEM-B,
de tierras altas y bajas de nuestro país.
Estos pueblos, por medio de
diferentes pronunciamientos, cabildos y propuestas se articulan y constituyen
una sola voz de respuesta tras diez años de silencio de las organizaciones
sociales afines al gobierno. Los temas de esta nueva agenda de lucha son
cruciales pues hacen al modelo plurinacional concebido en la Asamblea
Constituyente, entre ellas: la
restitución territorial ancestral, las autonomías indígenas con
autodeterminación y el ejercicio pleno de la justicia indígena.
Una nueva agenda por una lucha histórica: Marka Quila Quila
Existen registros históricos de
la larga lucha por la restitución territorial de la marka Quila Quila de la
Nación Qhara Qhara a lo largo de los periodos colonial y republicano[1].
Sus líderes señalan que desde tiempos coloniales han defendido su territorio,
en especial de las medidas estatales de despojo y desintegración del mismo. Llevaron
más de una década de lucha legal desde que presentaron ante el INRA, el 16 de
octubre de 2006, su pedido de conversión de sus tierras colectivas tituladas en
lo proindiviso en la reforma agraria de 1952 a Tierras Comunitaria de Origen
(TCO), hoy llamada Territorio Indígena Originario Campesino (TIOC)[2].
Lamentablemente, a pesar del
avance constitucional de 2009, la Marka Quila Quila enfrentó muchos obstáculos
jurídicos y políticos que fueron
subalternizando los derechos indígenas a los derechos individuales, bajo la
figura de “terceros”. La situación empeoró con una acción de desconocimiento
por parte del INRA Nacional a la Marka Quila Quila como pueblo indígena,
exigiéndoles que presenten personería jurídica para dar continuidad al proceso
de saneamiento (2014) a sabiendas que este requisito paralizaría su pedido por
años. En efecto, mediante diversas
acciones constitucionales, la Marka Quila Quila logró que el Tribunal
Constitucional (SSCCPP 0242/2014 y la
SCP 006/2016) declare inconstitucional el requisito de “personalidad Jurídica”
el año 2016. No obstante, a pesar de esta victoria legal el INRA nacional
declaró la nulidad de todo el proceso de saneamiento el cual ya se encontraba en
proyecto de resolución final de saneamiento como TIOC, dejando en foja cero
todo el proceso.
A pesar de las acciones legales de
la marka Quila Quila contra esta resolución de nulidad no se logró respuestas
favorables, por lo que tras una década de lucha jurídica inician la marcha
indígena que hoy reúne no solo a los miembros de esta nación sino de otros
pueblos que sufren similares situaciones ante el INRA.
En la actualidad la Marka Quila
Quila tiene veinticuatro comunarios procesados por el INRA, más de seis heridos
(resultado de conflictos entre Ayllus y Sindicatos), y enfrenta las
acciones del gobierno. Personeros del
INRA con ayuda de la fuerza pública ingresaron a su territorio el 27 de febrero
de 2019 para acelerar el proceso de saneamiento (Pagina Siete 28 de febrero de
2019) favoreciendo la modalidad individual en aquellos polígonos que fueron
anteriormente tramitados como TCO, promoviendo el despojo y fraccionamiento de
los ayllus originarios de la Marka Quila Quila. El Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras en
una nota publicada en su página el 14 de marzo dio por concluida la primera
etapa de saneamiento señalando que “ingresaron 15 brigadas de campo, durante 13
días, escoltados por efectivos policiales para resguardar su seguridad, donde
se llevó adelante la medición de 688 parcelas”[3]
informando además que sólo queda pendiente la etapa de gabinete y posterior titulación.
Esta acción es ilegal y contraria a los derechos indígenas por cuando no fue
concertado con los ayllus afectados que se encentraban en la marcha indígena.
Otras respuestas del gobierno a las
demandas de los marchistas fueron las del propio presidente Evo Morales quien declaró
que los Ayllus por ser minorías deben someterse a las mayorías (Fides
22/02/2019), por su parte el ministro de Desarrollo Rural Cesar Cocarico –
quien en noviembre de 2018 fue denunciado por encubrimiento a su hermano
implicado en un proceso de tráfico de tierras y estafa agravada por cobros múltiples
a víctimas de una comunidad menonita a quien habría ofrecido sanear “tierras
ilegales” y fiscales el 2016 (La Razón 06/11/2018)- minimizó la marcha
señalando que solo son unos cuantos originarios quienes se oponen al
saneamiento.
No se puede alegar que las
autoridades desconocen los derechos indígenas. Lo que vemos es que al interior
de una cara “indígena” del gobierno se reproducen lo mismos defectos del Estado
colonial en su políticas de desaparición del Ayllu. La lógica del ayllu se
diluye en el despojo, la mercantilización de la tierra y la fragmentación,
donde lo individual y lo colectivo son compartimientos estancos de intereses
políticos y económicos que buscan desaparecer a las naciones originarias que
sustentan el modelo plurinacional, las que paradójicamente son desconocidas por
el propio estado como “ no indígenas”. El Estado define a “sus indígenas” y así
intercambia favores y desconoce derechos. Como señaló Samuel Flores de la nación
Qhara Qhara: “los derechos no se negocian, la historia está claro, la historia
nos ha dicho que somos originarios, somos indígenas, somos legítimos de esta
parte de la madre tierra, la pachamama, y no somos forasteros, por lo cual
tienen que luchar sin claudicar, sin venderse”[4].
Una marcha por los derechos indígenas, pero sin las organizaciones sociales
Frente a los retrocesos de los
temas indígenas que el gobierno en complicidad con las organizaciones sociales viene
consolidando, vemos en la marcha
indígena una profunda necesidad de independencia para luchar y enfrentar al
gobierno. En tiempos donde las organizaciones indígenas atraviesan su peor
crisis organizativa esta marcha devela una posibilidad de articulación desde
las naciones originarias que denuncian los límites y las brechas que el
gobierno pone a sus derechos.
En diez años de vigencia de la CPE, existen
apenas tres autonomías indígenas, dos por vía municipal (Charagua y Uru
Chiapaya) de los más de 212 municipios rurales y uno por vía Territorio
Indígena Originario Campesino (TIOC) de
los más de 300 TIOC que existen[5].
Varios estudios demuestran que los efectos de una vasta lista de requisitos y
procedimientos burocráticos hacen inalcanzable la autonomía indígena para los
pueblos indígenas[6]. Entre
ellos, la exigencia de un segundo referéndum para la aprobación del Estatuto
Autonómico Indígena en la que se privilegia las reglas de la democracia liberal
para la aprobación de su norma estatutaria en vez de las “normas y procedimientos
propios”, tal cual lo ordenan los tratados y convenios internacionales[7].
Frente a esta situación en la
marcha se exige la derogación de los artículos de la Ley Marco de Autonomías
que son contrarias a las autonomías indígenas promoviendo un anteproyecto de
ley de modificación de estos artículos. De igual forma con la Ley de Deslinde
Jurisdiccional que le quita valor y ejercicio a la Justicia indígena. Acontece
que cuando una autoridad indígena solicita la competencia de un caso, para lograrlo, debe enfrentarse a muchas
formalidades jurídicas contrarias a su sistema jurídico, lo que se traduce en años
de lucha legal, la mayoría de las veces, sin resultados. Por lo que, en los
hechos, la justicia indígena se encuentra subordinada al sistema jurídico
estatal y sin recursos para administrar la justicia.
¿Qué significa la
marcha de los Qhara Qhara en el contexto actual?
Las demandas de esta marcha son
resultado de un modelo de indigenismo Estatal en desgaste. Tras una década de
promesas y discursos del gobierno que minimiza al indígena a algunos reducidos
espacios como la autonomía, la justicia, las TIOCs, los que además resultan inaccesibles
a los propios peticionarios, muestra un deterioro profundo del tema indígena en
las políticas estatales
“plurinacionales”. Las promesas constituyentes son arrebatas y canceladas por
el propio gobierno indígena.
Por ello, la marcha indígena retoma
el camino de la lucha y la protesta por la recuperación de sus agenda propias,
alejada del Estado, pero exigiéndole al mismo tiempo el cumplimiento de la
Constitución y el bloque de constitucionalidad en materia de derechos indígenas.
Recuperar su agenda es recuperar la dignidad.¡’0Debemos reconocer que la marcha
indígena se da en un contexto de crisis de independencia política y social de
las naciones indígenas. Estamos en tiempos donde lo plurinacional significa la desvinculación,
división y cooptación de las naciones indígenas. Donde la egida es que el
indígena es objeto de simpatía o rechazo según el color político desde donde se
le mire. Por ello es importante pasar hacia una la lucha independiente que
enfrente al gobierno esté o no con poncho. Que encima de intereses políticos
electorales se elija el camino de los verdaderos proyectos indios.
Magali Vienca Copa Pabón[8]
[1]Sobre las
luchas de la nación Qhara Qhara: http://youtu.be/ht-bvoawOx0
[2]
Referencias dadas por Samuel Flores, ex curaca de la Nación Qhara Qhara.
[3]
Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, noticias, en:
http://www.inra.gob.bo/InraPb/paginaController;jsessionid=3667F51F0397732B93086EDE26018F77?cmd=noticia&id=68779.
[4]
Entrevista Samuel Flores realizado por el IPDRS, en: https://youtu.be/ht-bvoawOx0
[6]
VILLAGOMEZ, Freddy, Estado de situación
de la implementación de las autonomías indígenas en Bolivia. La Paz, IPRS,
2018; COPA, KEENEMORE y LOPEZ, Desafíos y potencialidades de la autonomía y la
gestión territorial indígena en el marco de los procesos de desarrollo, La Paz,
Unitas, 2018.
[7] El
Convenio 169 de la OIT (Art2) y la
Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas (Art. 4).
[8] Abogada
y maestra en Derechos Humanos.

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