Indianista anarquista mirando a Marx
Por: Marina Ari*
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La desafiante pregunta del Sociólogo David Ali Condori, ¿Es posible pensar Marx desde el Indianismo-Katarismo?”, en su artículo publicado
en el No. 149 correspondiente a enero de 2019 del Periódico Pukara, es una
campanada constante que no permite relajarse; no se olviden que dizque, en
Bolivia, vivimos en un régimen marxista con libertador a lo Castro y todo,
sólo que vestido con aguayos de diseño, aviones y coches de lujo, propio museo
a su figurita y palacio con jacuzzi.
La pregunta inteligente y precisa que hace Alí me trajo a
la memoria algo que escribió Engels cuando en 1849 los Estados Unidos se
hicieron de California por sobre los derechos territoriales de México. Decía
Engels “En América hemos presenciado la conquista de México, la que nos ha
complacido. Constituye un progreso (…) Es en interés de su propio desarrollo
que México estará en el futuro bajo la tutela de los Estados Unidos. Es en
interés del desarrollo de toda América que los Estados Unidos mediante la
ocupación de California obtienen el predominio sobre el Océano Pacífico…”
(Engels, 1972:183), sin olvidar la extraordinaria fortuna que Engels le
atribuye a California por haber sido arrebatada de los “holgazanes” e
“indolentes” mexicanos, “:
¿O acaso es una desgracia que la magnífica California haya
sido arrancada a los perezosos mexicanos, que no sabían qué hacer con ella? ¿lo
es que los enérgicos yanquis, mediante la rápida explotación de las minas de
oro (…) aumenten los medios de circulación (…) creen grandes ciudades,
establezcan líneas de barcos de vapor (…) abran (…) el Océano Pacífico a la
civilización (…) La “independencia” de algunos españoles en California y Tejas
sufrirá con ello, tal vez; la “justicia” y otros principios morales quizás sean
vulnerados aquí y allá, ¿pero, qué importa esto frente a tales hechos
histórico-universales? (Engels, 1972:189-90)
La “justicia” y otros principios morales vulnerados que los
marxistas consideran daños colaterales, se aplican con mayor agudeza a los
pueblos indíge¬nas, a quienes califican de bárbaros, ubicados –en el mejor de
los casos- en la etapa del feudalismo y por lo tanto los constituye en parte
de aquello que el capitalismo debe arrasar, como etapa necesaria a ser vencida
por la revolución del proletariado.
Los indios en el contexto clasista deseable para el
marxismo -como es la etapa de la burguesía versus proletariado- somos
solamente rémora, lastre que debe ser aniquilado por la industriosa y
“vigorosa” burguesía para dar lugar al proletariado, por ello no es extraño
que el marxismo nos ubique durante la invasión europea como bárbaros con
destinos ineluctables “los indios de los llamados pueblos de Nuevo México, los
mexicanos, centroamericanos y peruanos de la época de la conquista se
encontraban en el estadio medio de la barbarie” (Engels, 1972:29-30). Estos
pensadores fueron fruto del establecimiento del positivismo que proyectaba que
la historia era lineal y progresiva por ello propugnaron que los procesos
económicos políticos estaban sujetos al progreso (idea fundamental del
positivismo) y como buenos alumnos de Hegel bebieron de las visiones del
filósofo alemán quien planteaba que la expresión más elevada del pensamiento
humano se producía en Europa con la modernidad. Por supuesto, el padre del
positivismo planteó la superioridad europea por sobre otros “territorios” a
los que calificó de “inmaduros”. Europa dueña de la historia al “expandirse”
entregaba a la historia los territorios avasallados que no existían ni eran
representados. No extraño entonces que el aniquilamiento de pueblos originarios
del “nuevo mundo” (a los que califica de “inmaduros” e impotente) le parezca
indefectible:
Tenían una cultura cuando fueron descubiertas por los
europeos, la perdieron al entrar en contacto con estos. (…) se trataba de una
cultura natural, que había de perecer tan pronto como el espíritu se acercara
a ella. América se ha revelado siempre y sigue revelándose impotente en lo
físico como en lo espiritual. Los indígenas, desde el desembarco de los
europeos, han ido pereciendo al soplo de la actividad europea. En los animales
mismos se advierte igual inferioridad que en los hombres…” (Hegel, 2005: 266)
¿Coincidencia con el pensamiento de Hegel cuando Engels
habla del avasallamiento de América y sus habitantes como poco importantes
frente hechos históricos universales? Por supuesto que se trata del fruto de
la raíz hegeliana, es decir raíz posi-tivista y eurocéntrica. Marx y Engels
hablan como europeos y desde la visión de Europa.
Hegel ya se refirió de forma supremacista con respecto a los
pueblos indios hermanos de América del Norte cuando los conceptualizó como
débiles e inferiores, frente a la superioridad europea: “Estos pueblos de
débil cultura perecen cuando entran en contacto con pueblos de cultura superior
y más intensa” (Hegel, 2005: 267). En acotación se referirá a nosotros, indios
de América del Sur como serviles, sumisos y desprovistos de estimación propia,
como salvajes y carentes de “espíritu” y ausentes de capacidad de educación;
es decir: inferiores: “Léense en las descripciones de viajes relatos que
demuestran la sumisión, la humildad, el servilismo que estos indígenas
manifiestan frente al criollo y aún más frente al europeo. Mucho tiempo ha de transcurrir
todavía antes de que los europeos enciendan en el alma de los indígenas un
sentimiento de propia estimación. Los hemos visto en Europa, andar sin
espíritu y casi sin capacidad de educación. La inferioridad de estos
individuos se manifiesta en todo, incluso en la estatura…” (Hegel, 2005:267),
Es el positivismo con su idea de progreso que nos ve como retardatarios,
adultos hechos niños, infradotados sin pensamiento ni objetivo: “Así pues,
los americanos viven como niños que se limitan a existir, lejos de todo lo que
signifique pensamientos y fines elevados” (Hegel, 2005:267).
En el proyecto marxista, ni siquiera existimos, pese a los
esfuerzos del gran pensador peruano J.C. Mariátegui, quien intentó forjar
aquello de que el indio es el verdadero proletario; no lo somos y por lo tanto
nos constituimos en obligatoriamente prescindibles para el marxismo puesto que
para que la teoría de la historia de las luchas de clases se cumpla con la
destrucción de una de las clases antagónicas como es la burguesía, necesitamos
perecer para dar lugar a la formación del proletariado. Para el marxismo
somos obstáculos barbáricos que quedaron excluidos de este proceso. Por eso
Engels nos califica como “pueblos sin historia”; por cierto Engels se inspiró
en Hegel quien se refería con esta categoría a los pueblos que no podían
estructurarse en naciones. Marx y Engels aplaudieron el colonialismo
británico en la India caracterizándola como progresista porque al igual que
China eran sociedades pre capitalistas; en su concepción son “parte de las
naciones “más bárbaras” /que/ estaban destinadas a ser invadidas y
modernizadas a la fuerza por el nuevo y dinámico sistema social que era el
capitalismo” (Anderson, 2012).
La base hegeliana en el marxismo es clara, cuando Engels
distingue a los pueblos con historia de los “sin historia” se basa en la teoría
marxista lineal evolutiva para postular que estos pueblos precapitalistas,
bárbaros, agrarios, “debían ser forzadas a la civilización y sucumbir a un inevitable
proceso de asimilación” (Tarcus, 2008:13) y aunque Marx se da cuenta de la
significancia del colonialismo europeo, mira a éste como un “instrumento
inconsciente de la historia” (Tarcus, 2008:13) puesto que en el peldaño
siguiente de su teoría representa al establecimiento capitalista que es un paso
previo a la revolución social, por lo tanto es progresista, (ojo, el concepto
favorito del positivismo), como progresista serán las consecuencias del
avasallamiento de los pueblos considerados precapitalistas. Nuestra extinción
como pueblos indios es un requisito para la “evolución” que es el capitalismo
a ser posteriormente derrotado, porque no somos parte de LA historia europea y
tampoco de su proyecto en el cual “La burguesía ha ejercido… una acción
esencialmente revolucionaria. Allí donde ha conquistado el Poder ha pisoteado
las relaciones feudales, patriarcales e idílicas” (Marx, 2000:29), en este
esquema lineal los indios (peor las indias) somos “reaccionarios” al no poder
ser proletarios, y en esta situación elementos destinados a sucumbir. Visión
lega-taria del eurocentrismo porque “El materialismo histórico no rompe con la
transversalidad de la diferencia imperial, sino que la asume, como categoría
implícita dentro de su teoría de la historia, para dar lugar desde una
metodología de interpreta-ción que le es específica, a una lectura intencional
dentro de la que se le resta significado histórico a los procesos y actores,
que se presentan en el escenario latinoamericano...” (Güendel, 2011:97)
Sin embargo, pese a que yo no rescato a Marx por considerar
que el marxismo ha expulsado a los indios (con recomendación de arrasamiento)
del área de los sujetos del materialismo histórico estoy de pleno acuerdo con
el amigo David Ali, en la última parte de su artículo cuando determina la
decadencia del sistema capitalista: “No obstante, el sistema capitalista está
en crisis con el calentamiento global, porque su racionalidad fundada en el
“medio-fin” se traduce en la dominación y acumulación; y estas conducen a la
negación de la vida. Por tanto, seguir apostando a este sistema, es ir por el
camino del suicidio colectivo…” (Ali 2019) coincido con el planteamiento de la
necesidad de anulación de este brutal sistema que proviene también del positivismo.
Pero coincido aún más con su idea de Pachakuti: “el retorno al paradigma de la
vida, fundado en otra racionalidad, donde el fin sería la afirmación y
reproducción de la vida y de esa manera salir del antropocentrismo moderno
que ha cosificado el mundo” (Ali 2019) concepción que no tiene nada que ver con
el marxismo. Si bien el capitalismo impuso brutalmente la incorporación de la
tecnología laboral para extraer y transformar y destruir la naturaleza el
marxismo tampoco la consideró más que base de la producción destinada al
consumo y también mercancía, dentro de una concepción antropocéntrica, “En
última instancia, una mercancía lleva implícita una destrucción de la
biodiversidad biológica y una pérdida de material genético único e
irremplazable, pues cada animal ocupa un nicho ecológico” (Taeli, 2018:233)
El planteamiento del Pachakuti (fuera del pachamamismo del
actual régimen “socialista” en Bolivia que sin entender esta tendencia de
pensamiento y tergiversando y torciendo y prostituyendo llamó “los derechos de
la Madre Tierra”) tiene que ver más bien con la ecología profunda planteada
por Arne Naess quien en su proyecto de vida declaró que la lucha va por el fin
del antropocentrismo.
Bibliografía
ALI C.D. (2019). ¿Es posible pensar Marx desde el
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ANDERSON, K. B. (2012). Marx en torno al nacionalismo, la
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https://viento¬sur.info/spip.php?article6987). Al 01, enero 2019
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Dialnet.
HEGEL, G. W.F. (2005). Lecciones sobre la Filosofía de la
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MARX, K. (2000). Manifiesto Comunista. Ed. Elaleph
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TAELI, G. F. (2018) Marx: la naturaleza y la mercancía.
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Al 02 enero 2019
Tarcus, Horacio. (2008). ¿Es el marxismo una filosofía de la
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7-32. Recupera¬do en 01 de enero de 2019, de
http://www.scielo.org.mx/scie¬lo.php?script=sci_arttext&pi¬
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