La Wiphala, símbolo de guerra de la Nación Aymara-Quechua, de la Bolivia India
Jesus
Humerez Oscori[1]
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Todos los aymaras del campo
y la ciudad tenemos una Wiphala porque es el símbolo de nuestra nación, la
Nación Aymara-Quechua, el cual nos representa. Desde mis 16 años conocí la Wiphala,
el año 2004, solía colocarla en la sala de mi domicilio. En alguna oportunidad
cuando llevé amigos de colegio a casa, me decían: “Debes ser militante de
Felipe Quispe”. Es cierto, el Mallku nos hizo despertar, una conciencia y un
sentimiento nacional, el cual marcó a una generación.
Este símbolo amado, como es la Wiphala, se ha ganado con sangre y dolor su espacio, por tanto, no es el regalo de nadie. Es un símbolo anterior a la colonia, pues se han encontrado símbolos de Wiphalas en las chuspas para hojas de coca y en un vaso Qiru donde se encuentra una imagen de un guerrero portando la Wiphala. Asimismo, los indianistas la reposicionaron. Constantino Lima fue quien la restableció en Congresos y batallas campales en la UMSA en 1970 y German Chukiwanka investigó sobre la Wiphala desde 1983. No solo eso, la Wiphala fue y es un símbolo de guerra, estuvo siempre en el campo de batalla desde la lucha de Tupaj Katari, Bartolina Sisa en 1781, desde la fundación de la CSUTCB en 1979 y la resistencia a la dictadura de Luis García Meza en 1980, en la Marcha por el Territorio y la Dignidad en 1990, los levantamientos aymaras con Felipe Quispe el 2000, 2001 y la guerra del gas en la ciudad de El Alto en 2003.
Evo Morales y su gobierno,
con ese pasado de lucha de un símbolo, estaba obligado a convertirlo en un
símbolo nacional y refrendarlo en la CPE, lo que es valorable, un gran avance
que muchos indianistas y kataristas lo debemos reconocer. Sin embargo, el MAS
no supo darle el contenido verdadero de lucha a la Wiphala, solo se la
apropiaron como símbolo de su partido. Señores la Wiphala no es de ningún partido
político, representa una Nación y a los pueblos indios del mundo.
La Wiphala representa a esa
nación clandestina, a la Bolivia India. Es por eso que cuando la quemaron y Evo
Morales renuncio a la presidencia observe, trasladándome en las cabinas del
teleférico plomo, a una mujer de pollera derramar lágrimas, eso me partió el
alma, porque sintió que su Wiphala y ella misma estaban siendo excluidas,
sintió que el indio estaba siendo expulsado del poder. Pero en realidad, lo que
nos dejó de lección esta etapa de la historia es que Bolivia no es nada sin el
indio…
Cuando fui a las
movilizaciones por la Wiphala, jóvenes de una nueva generación la portaban
orgullosamente, mujeres de pollera gritaban: ¡la Wiphala y la pollera se
respetan carajo!, miles de casas se habían embanderado con Wiphalas, no se
quedaron atrás los qamiris y sus edificios andinos posmodernos que lucían una Wiphala,
los niños, jóvenes, de la ciudad portaban orgullosamente una Wiphala. Exigían
el respeto al símbolo preciado y amado, que unos días atrás un grupo de
policías antipatrias y grupos de choque la habían quemado.
Posteriormente, los policías
de origen aymara, quechua habían pedido disculpas, dirigiéndose a la población,
alegando que ellos también habían nacido de una mujer de pollera y que se
sentían también humillados. Paralelamente, las altas jerarquías de la policía
boliviana como el nuevo comandante departamental de Santa Cruz, Miguel Mercado,
desconoció la Wiphala señalando que: “Nos han hecho creer…que había dos
Bolivias y nosotros (policías) siempre hemos pensado que Bolivia es una sola…”.
Es una relativa victoria
simbólica de la Wiphala, hasta el racista Fernando Camacho (Ex vicepresidente
de la Unión Juvenil Cruceñista) tuvo que pedir disculpas y que, por su
ignorancia, pensó que la Wiphala era del MAS, pero no creía que era una bandera
de los pueblos “indígenas”. Sin embargo, no es suficiente, los indios y su Wiphala
quieren tomar el poder, por lo que a las elites cruceñas y paceñas eso les
incomoda.
Por último, la Wiphala es un
símbolo de guerra y estará presente para que los indios gobiernen este país y
que una nueva generación la respete, la ame y luche por su autodeterminación y
poder. Ahora, hemos vuelto a las calles, junto a la Wiphala para luchar contra
cualquier gobierno que excluya a las mayorías del país.
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