SUBMUNDO DE LA POLÍTICA AYMARA DE GUSTAVO CALLE


SUBMUNDO DE LA POLÍTICA AYMARA DE GUSTAVO CALLE

Un libro imprescindible.

Por Natalye Sdenka Quintanilla Ortuño, antropóloga social

“La ideología es importante y ese es el papel que tenemos como oradores. Por eso es necesario organizarnos” (pg. 71)

“saben que tenemos tendencia radical, un radicalismo con mucho fundamento doctrinario” (pg. 71)

“Por eso los que hacemos las charlas nos vemos obligados a investigar para poder hablar. Eso nos ha llevado a traer material a la plaza” (pg. 88)

Tres citas de entrevistados en esta publicación. Activistas, difusores, educadores y arengadores…

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De cuando en cuando se fueron juntando hasta convertirse en un grupo totalmente reconocible, distinguible. Mucha gente los vio como faros en medio de la ignorancia, algunos otros como meros charlatanes y hasta alguien por ahí los echó del lugar de forma muy grosera.

Lo cierto es, que no pasan desapercibidos…

El estudio que hace el autor, amalgama de manera amena la academia con el trabajo de campo y la narración expresiva en primera y tercera persona.

Pero la investigación gira entorno a estas personas, cuyo conocimiento formal no es su fuerte, pero sí el conocimiento empírico y una profunda formación autodidacta, que daría de baja a unos cuantos presuntuosos postgraduados.

Las ansias de conocer y luego de enseñar, aplicando las teorías a la vida misma, fueron los alicientes para que este grupo de oradores populares vaya consolidando su presencia social en las ciudades de La Paz y El Alto, y esta presencia social, como muchas cuando hay conocimiento y seguidores, se convirtió en un peligro para las cúpulas políticas, que, amparadas en el poder y bajas excusas, fueron recluyendo a los oradores a espacios reducidos y menos concurridos.

Pero como el agua siempre busca su curso, también se las ingeniaron para seguir con sus actividades de educadores populares, llegando a gestar capítulos que, junto a otras fuerzas populares, serían parte de la historia boliviana.

Y si la temática es interesante e importante, es digno de destacar el ánimo y la pasión en la escritura que plasma el autor, así, Gustavo nos transporta a espacios vespertinos, con el bullicio caótico de El Alto de fondo, en los que se visibilizan cuadros como el de la persona mayor que se acerca a uno de los oradores cuando empieza a hablar, para tomar nota en su pequeña libreta; otro para grabar, ambos con la atención que se presta a una solemne cátedra. Y en realidad, sí fueron cátedras, ya que como ellos mismos indican, los oradores iban munidos de la lectura previa y del análisis de la realidad, desde una perspectiva marxista primero, luego una indianista y entre escisiones y balazos, seguían, porque en esos espacios encontraron un aula y estudiantes.

Es un libro imprescindible tanto por la investigación en campo, como la importancia de rescatar a estos formadores que, si no se recogieran sus historias, seguirían enseñando en el anonimato…

 

 

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